A veces, la evaluación, no deja todavía de tener esos vestigios de castigo, de: me molestaste todo el año, entonces ahora… Y esa cosa de “el día de la evaluación te llego con la pregunta que hasta ahora no te había hecho”.
Entonces, una experiencia que nos resultó muy interesante cuando se empezó a poner la semana de orientación, porque también una lectura que hacíamos, es que si no hacíamos algo para que esa semana de orientación fuera otra cosa, la semana de orientación era el docente se sentaba en el aula a que el pibe fuera a hacerle preguntas, preguntas que nunca iba a poder hacer porque no sabía ni por dónde encarar ni podía detectar qué era lo que no comprendía para poder preguntar.
Entonces ahí desarrollamos, a ver, vuelvo a insistir que todo esto era a prueba, ensayo, a tirarnos a pensar cosas que se nos ocurrían, entonces se nos empezó a ocurrir pedirle al profesor que dejara evaluaciones como pilotos, como un ensayo de evaluaciones y que entonces el chico pudiera hacer dos o tres ensayos similares para saber qué se espera y que entonces, en esos ensayos que tenía que transitar en ese período de orientación, en función de esas evaluaciones piloto, pruebas, ahora no me sale la palabra que utilizábamos, ellos pudieran hacer las preguntas y el profesor identificar qué era lo que el alumno estudiante no entendía.
Pero como sabíamos que si no presionábamos un poquito más, esto tampoco iba a funcionar, les pedíamos que esas evaluaciones modelo las dejaran y las presentaran en dirección para discutir. Entonces les pedíamos que dejaran esas evaluaciones modelos a los Jefes de departamento y en dirección antes de ese período de orientación.