Transcript: La tarea de gestión directiva. Construcción de consensos y experiencia formativa – Directora Susana Lamela
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Transcript – La tarea de gestión directiva. Construcción de consensos y experiencia formativa – Directora Susana Lamela

Yo lo que quiero, tal vez también dejar claro es que esto no fluye sin muchas discusiones al interior del equipo. Y cuando hablo al equipo lo hago extensivo\también a grupos de docentes. Por supuesto que uno sabe que una escuela secundaria, con la cantidad de docentes que tenía la Vilte [escuela], tenés docentes con más presencia y docentes que vienen con menos presencia, con menos carga horaria y todo eso. Lo que nunca le escapamos es a las grandes discusiones y también, a las grandes discusiones y a bancarnos la incertidumbre, a bancarnos no tener claro a dónde íbamos, pero a probar. Porque vuelvo insistir, cuando algo no nos satisfacía, probar. 

En esto que vos decís, en un momento hubo un proyecto que para nosotros también marcó muchísimo a la escuela, que nosotros le llamamos de créditos y pasantías, lo que queríamos era, y ahí empezó ,si querés, una cuestión de una participación impresionante de los jóvenes, queríamos dar espacios a no solo este aprendizaje tan teórico, sino al compromiso social, al trabajo en las organizaciones barriales. Entonces empezamos con todo un proyecto que los llamamos de créditos y pasantías, y la verdad que lo que veíamos en los jóvenes, la responsabilidad que asumían, el trabajo que llevaban a cabo. Y ahí empezamos también a interpelar mucho el tema de la evaluación. Por qué solo lo teníamos que evaluar la prueba escrita,  dénde se valoraba todo ese trabajo y estos aprendizajes, esta responsabilidad aprendida, este compromiso político, esta lectura, dónde se valoraba? 

Peleamos que también tenía que entrar dentro de la nota; estaba quienes aceptaban, quienes no porque eso no responde específicamente al contenido de mi materia. Lo que quiero transmitir en esta entrevista, es que nada fue sin pelea, nada es sin pelea, porque digo creer, es más, cuando ya estaba cercana a retirarme de la escuela, en una reunión les decía a mis compañeros, que sabía que se sentían orgullosos de formar parte de la Vilte [escuela], pero que entendieran que todo lo que conseguimos no es porque todos pensamos igual, es porque hubo un grupo que se impuso o impuso esa mirada con una peleíta diaria de convencer al compañero, de dar esta discusión, pero que cuando esa peleíta diaria se retira, lo otro puede aparecer.

Digo, para entender que estas pujas, como nos pasa nuestra sociedad, nos pasa con las ideas políticas, estas pujas siempre están. Estas pujas entre lo más conservador y lo más atrevido o, como lo quisiéramos llamar, siempre están. Y que para sostenerlas, es con el ejercicio diario de esa pequeña lucha.

Entonces, esas peleas sobre la evaluación las dábamos. Qué era lo que teníamos que valorar? Qué tenía que representar esa nota? Es más, durante mucho tiempo y hasta Bracchi [funcionaria] sabe de mis discusiones y nosotros peleábamos mucho por el formato escolar y que si con dos materias repetían y muchas veces generábamos otras instancias de evaluación antes de definir la repitencia, porque una lectura que teníamos realizada con claridad, es que nosotros en la escuela casi no teníamos deserción, los pibes no abandonaban la escuela, se sentían bien en la escuela, era muy pocos los casos, no teníamos,no era un problema serio a atender, pero sí la repitencia.

Y lo que sabíamos es que la repitencia no generaba más aprendizajes, generaba más repitencia. Entonces, lo que poníamos en discusión previo, que después empezaron a aparecer alternativas, ahí se modificó el régimen también de calificación donde apareció la tercera materia para para dar en mesa. Yo ahora no recuerdo bien los términos. Quiero decir que si cometo alguna imprudencia me perdonarás. Pero bueno, todo esto fue apareciendo después, pero nosotros fuimos dando todas estas peleass.

También, por ejemplo, sobre quiénes eran los responsables sobre el aprendizaje y el manejo de la lectura y la escritura, que no era solamente el profesor de lengua y literatura o de prácticas del lenguaje. Peleas dónde entraba y dónde se valoraba a ese pibe que graffittieaba que era una maravilla y que dibujaba, que era una maravilla. Y le veíamos todos los dibujitos en las hojas debajo de la mesa y que no había un espacio de reconocimiento para ese saber. 

Esas peleas estaban, por supuesto que no es que llegábamos al mejor fin siempre, porque, por supuesto que juegan las miradas personales, las discusiones, pero me parece que esas peleas amplían la mirada de los docentes también. Entonces en esa evaluación empezaban a entrar otras cosas. No solamente la valoración de qué me contestó,; es más, hasta tratábamos de interpelar qué era lo que significaba esa respuesta, a veces textual, a veces con poca comprensión, a veces copiada. Qué era lo que daba cuenta? Qué se calificaba ahí? Pero bueno, muchas veces eran más preguntas que respuestas, pero lo importante era habilitar las preguntas.