Lo más complejo es el trabajo que tienen que ver con la evaluación; es algo que se complica mucho, es decir los distintos criterios que tienen los docentes y tenemos todos, en el sentido de que yo soy un enfermo de pensar en la formación docente, en el sentido que a veces nuestros docentes vienen formateados de una manera, principalmente en la secundaria, que va a veces a contramano de lo que dicen los diseños curriculares con respecto a la evaluación en proceso, a la de trabajar en forma areal, en trabajar en forma colaborativa. Es decir, eso es algo muy, muy, muy difícil que ha llevado a que muchas veces hayamos tenido que hacer ciertos acuerdos que por ahí no han sido los acuerdos que nos hubiese gustado, pero que fueron los posibles.
Entonces eso nos permitió avanzar, pero ese es un “debe” en ese aspecto y lo tuvimos que acomodar de acuerdo a las nuevas normativas que llegaron: que la calificación numérica dejó de ser una calificación numérica; es decir, las características para promocionar de un año a otro también se modificaron, la repitencia que conocíamos en la secundaria se transformó en una promoción acompañada, la calificación numérica es solamente para los chicos de sexto año al finalizar el ciclo lectivo; por ejemplo en la actualidad los chicos de sexto siguen siendo calificados con el TEA, TED y recién a fin de año está la calificación numérica para terminar el nivel secundario se necesita la la calificación numérica para la titulación. Entonces, es algo que también ha originado algunos ruidos en la escuela secundaria, porque también los pibes de quinto o sexto, principalmente los de superior y la familias de superior, que a ese régimen académico lo tenían internalizado con una evaluación determinada y en estos tiempos todo eso ha sido modificado.